LEYENDA TOLTECA

Articulo facsímil de la obra “Zumpango en la Historia y la Leyenda” de José C. Garza.

Alejandro Ramírez Curiel
Cronista de Zumpango

“ZUMPANGO, A 200 AÑOS DE VIDA MUNICIPAL CONSTITUCIONAL, 1820 - 2020”

INTRODUCCIÓN

Con motivo de la realización de las obras de desagüe del Valle de México en la época del gobierno del Gral. Don Porfirio Díaz, se estableció un pequeño sistema ferroviario con talleres en la Ciudad de Zumpango de Ocampo, Estado de México con la finalidad de utilizarlo como herramienta de trabajo en la transportación de trabajadores, maquinaria, herramienta, arena, cal, piedra, tabique, etc.

Años antes de finalizar el siglo XIX, el público particular empezó a utilizarlo para el transporte de sus productos agrícolas y comerciales hacia la Ciudad de México, como solamente llegaba a Ecatepec, de este punto a la capital el ferrocarril del Nordeste Hidalgo tiraba los carros con sus locomotoras.

La Junta Directiva del Desagüe del Valle de México dio por finalizadas las obras en 1899, por lo cual el sistema ferroviario no fue desmantelado pues se entregó al gobierno federal quien a su vez lo puso al servicio público a través de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas quien prolongó las vías del punto de Ecatepec a la ciudad de México con estación terminal cercano al edificio de lo que sería entonces la penitenciaria de la ciudad, y por el norte se aumentó a las zonas productoras de cal y cemento de Apaxco, estado de Hidalgo y agrícolas propias.

La Secretaria de Comunicaciones operó el Ferrocarril del Valle de México hasta el año de 1930 con resultados económicos desastrosos, por lo cual lo entregó a una empresa particular mediante un contrato de concesión a partir del 1º de enero de 1931 al 10 de mayo de 1933 por que a partir del 10 de mayo del referido año 1933 lo explotó la cooperativa “Alianza de Ferrocarrileros Mexicanos”, que a su vez posteriormente otorgó amplias facultades administrativas autónomas a los trabajadores asalariados dentro del sistema ferroviario del Desagüe del Valle de México constituyéndose formalmente en Cooperativa con denominación “Unificación Ferroviaria” el 1º de Julio de 1937 durando este nuevo orden de organización hasta septiembre de 1942, año cuando quedaron paralizadas las actividades operativas del ferrocarril por lo cual hubo de desmantelarse todo el sistema ferroviario en 1945.

Mediante el corto tiempo de 1937 a 1942, “Unificación Ferroviaria” dio muestras de un gran progreso increíble para el sistema ferroviario.

Pero… que tiene que ver toda esa historia del ferrocarril del Desagüe del Valle de México. En 1899 en la Ciudad de Zumpango vivían con su mamá Sarita dos hermanitos llamados Juan y Adrián de apellidos Legaspi Ocanis, el padre fue un destacado operador de una de las dragas que excavaron el Gran Canal, los jóvenes Legaspi fueron operarios del Ferrocarril del Desagüe del Valle de México, amigos de don Wenceslao Labra García quien los invitó a participar en actividades políticas habiendo experimentado ellos buenos puestos públicos; así en la década de los años veintes del siglo pasado, llegó a Zumpango procedente de la ciudad de Monterrey N.L. una persona de nombre José C. Garza para hacerse cargo del puesto administrativo “oficial mayor” del FDVM.

José C. Garza pronto se habituó amistosamente entre los distintos grupos sociales de su nueva estancia, convivió ampliamente con ellos en especial el grupo político encabezado por el Sr. Labra García, quien sería gobernador del Estado de México en el periodo 1937-1941 y con el FDVM. La característica del Sr. Garza se distinguió por haber dejado constancia de sus convivencias sociales y políticas a través de su lente fotográfico, excelente, oportuno, magnifico, inteligente fotógrafo, en cuyas estampas plasmó instantes de momentos y aspectos de personas, familias, acontecimientos, paisajes, momentos históricos y del FDVM de Zumpango, desde 1920 aproximadamente, hasta después de 1940, más de 20 años; de todo su material fotográfico conozco solo un escaso porcentaje.

GRAFICAS DEL SR. JOSÉ C. GARZA

Estacion-de-Zumpango

“Estación de Zumpango. Fachada exterior. Sin fecha. Garza fot”. Actualmente todavía existe la citada fachada en 2ª. calle de Hidalgo y 1ª. de Galeana, Zumpango de Ocampo, centro.

Personal obrero y autovía reconstruido en los talleres de la Estación de Zumpango, patio interior. Año: 1938

Carro “Las Artes” Sept. 16 Zumpango 1922. Garza. Parte del edificio que se ve a un costado del carro es el palacio municipal.

Foto Garza sin fecha. Corresponde al año de 1926, manifestación política en apoyo al C. Adrian Legaspi para presidente municipal de Zumpango, periodo 1927. Primera calle de Hidalgo. A la derecha se aprecia en el centro la escuela de niñas, hoy kínder “Rita G. de Labra”

Portada del opúsculo.

Una acción notable e importante del señor Garza fue haber escrito una obra de historia y leyenda de Zumpango cuyas investigaciones inició en 1927 y terminó en 1941. Se trata de un opúsculo, obra literaria de poca extensión; escrito a máquina mecánica en papel bond tamaño carta, consta de ocho hojas escritas a una cara, cinco son de textos y tres de figuras; el señor Garza tituló éste trabajo con el nombre de: “Zumpango en la Historia y la Leyenda”, compuesta de 4 artículos sin título y 3 hojas con figuras, la primera tiene dibujado el jeroglífico de un “tzompantli”, percha de palos con una calavera humana ensartada, sirve de caratula, las dos restantes hojas de figuras se encuentran al final, las hojas cosidas con hilo en su canto izquierdo, trabajo fechado agosto de 1941 por José C. Garza, destaca que el citado trabajo “Es el resultado de trabajo ímprobo de investigación cerca de tres lustros”.

De los 4 artículos, me gusta el primero por su primor de palabras poéticas, su belleza imaginaria de conceptos, su estilo literario de la época.

La obra toda, tiene el título de “Zumpango en la Historia y la Leyenda”.

A continuación se presenta en facsímil el texto del ejemplar en cuestión, excepto el formato, está escrito a renglón cerrado con escaso margen en ambos lados. El artículo le he titulado:

XIUTLALTZIN Y MITL

Leyenda tolteca

La fundación de Zumpango, se pierde en la noche de los tiempos. Sin embargo, es indiscutible que el origen de esta Ciudad Tlapalteca, si tomamos en cuenta que, desde sus principios, siempre demostró la civilización, las costumbres y las creencias de la gran familia nahoa, establecida en parte en Tollan como reino Tolteca.

La Leyenda, por demás poética y hermosa, nos da bastante luz, y permite, comparada con la Historia, considerarla como aceptable.
Dice la Historia que el sexto rey tolteca, llamado Mitl, cumplió por su atinada actuación y por el progreso alcanzado por el reino durante su gobierno, continuó en el poder hasta su muerte, habiendo reinado 56 años, o sean desde 979 hasta 1035. Después de los funerales, fué elevada al poder la Viuda real Xiutlaltzin, o Xiuhquétzin, o Xiuhcáltzin, según distintos historiadores, a traves de los códices. Esta soberana fué piadosa, progresista, y se esforzó porque el reino siguiera por el camino que había señalado el extinto soberano.

Dice así mismo la Historia, que los toltecas habían convertido en Teotihuacán en su ciudad sagrada; las pirámides que encontraron en dicho lugar, ya construidas, las dedicaron a Tenacatecuhtli, el Sol, y Texcatipoca, la luna.

Y por su parte la leyenda dice, que la reina iba con frecuencia a esta Ciudad sagrada de Teotihuacán, haciendo el viaje, en la parte correspondiente del camino, a través del gran Lago, en la canoa destinada para el efecto al servicio real. “E iba ante su Dios, el Gral Sol, ofreciendo ramos de flores; ricas plumas de manquetzalli; no pelotas de heno, sino pelotas de oro; no espinas de maguey, sino de piedras preciosas; no espinas ensangrentadas, sino espinas de coral; con copal quemado y cañas verdes atadas de tres en tres”.

Y continúa diciendo la Leyenda, que una de tantas veces, al regresar del viaje del rito sagrado, llegó al pie de un montículo tepetatoso, como a seguro puerto, a bordo de la real canoa hermosamente ataviada. Que la tarde caía y se acercaba el anochecer, por lo que desembarcó, y embelesada ante el prodigio policromo del crepúsculo, decidió pernoctar en el lugar, ante el gran lago azul; el purísimo cielo; las nubes de arrebol; los volcanes perfilados en la lejanía; las mustias olas muriendo en la orilla junto a sus píes; mientras las garzas rosadas, y las torcaces, y las palomas, volaban cruzando el aire en busca de sus nidos. Sus fieles servidores formaron la tienda, y, pasadas las horas, ya acostada en su lecho y antes de entregarse al sueño, la reina pudo contemplar por las entreabiertas telas de la tienda, a la luna flotando en el espacio, y retratada en las aguas del gran Lago. Y sintiéndose felíz, tranquila, satisfecha, pronto cerró los ojos musitando sus oraciones.

Al despuntar la aurora, la anciana reina despertó atendida por sus doncellas, y pronunció su plegaria matutina: “La naturaleza toda, y todo el firmamento, resplandeciente de luz y de hermosura, están esperando tu salida oh Gran Dios del Sol; el momento en que aparezcas Tú, el Monarca del Cielo. Parece que los astros, y hasta el que los preside por más bello, el astro Quetzalcoatl, se dirigen vencidos al Occidente, asomándose de paso a la puerta donde aparecerás Tú, saliendo de tu Palacio real.

Luego, mientras sus doncellas la vestían y la peinaban, les contó que durante la noche pasada había soñado a su difunto esposo, quien le comunicó sus deseos de que sus restos fueran trasladados y depositados en aquel lugar, donde se había colocado la tienda real, sobre la tepetatosa eminencia frente al gran Lago.

Los deseos del querido rey muerto se cumplieron, se exhumó el cadáver y acompañada por la familia real, y seguido por millares de admiradores, del gran monarca, fué llevado hasta la eminencia tepetatosa donde la augusta reina soñó…… Se hizo una excavación, se depositó el feretro, edificándose encima una pequeña pirámide. Mitl habia sido tan querido de su pueblo, que varios de sus vasallos, de sus caudillo y soldados, nó quisieron dejarlo solo; y construyendo sus chozas alrededor de la pirámide, fundaron los primeros cimientos de una gran ciudad. Era el año de 1039, según la Historia; la anciana reina había gobernado con acierto a su pueblo por espacio de cuatro años, de 1035 a 1039, y a fines de este último año murió.

Dice la Leyenda que esto sucedió pocos meses después del traslado del cadáver de su esposo; y que antes de expirar dispuso que su cuerpo fuera sepultado en la misma fosa y junto a los restos del rey. Mitl. Desde luego subió al trono Tecpancaltzin, quien dispuso lo necesario para los funerales que fueron magníficos, aunque penosos, pues hubo que llevar el ferétro por tierra hasta la eminencia tepetatosa, a la orilla del gran Lago. Terminada la fúnebre tarea, muchas familias, amigas de la finada reina, se quedaron en el lugar construyendo sus provisionales habitaciones; siendo así como, alrededor de la modesta pirámide, que cubrió el sepulcro de la real pareja, quedó fundada en el mismo año de 1039, aquella aldea que con el nombre de Tzompanco, (depósito de cadáveres) había de convertirse en ciudad. Y siempre al gran Lago azul; ante los leganamente perfilados volcanes; bajo aquel cielo maravilloso, y en medio de hermosisimas campiñas.

Y he aquí, como en este periodo difícil de investigar, la Historia y la Leyenda van, como de la mano, señalando al final el año memorable de 1039, como el de la fundación de Tzompanco.

Epilogo.- Debo señalar lo que dice Jeffrey R. Parsons, arqueólogo norteamericano en su informe al Departamento de Monumentos Prehispánicos, Instituto de Antropología e Historia, D.F. febrero de 1974.

Parsons utiliza cinco fases principales del asentamiento prehispánico en la Región de Zumpango:

“Petlachique-Tzacualli, (ca-200 A.C. – 100D.C.) unos pequeños sitios en las orillas del antiguo lago de Zumpango, al sur de la ciudad del mismo nombre dan claras evidencias que la fase Petlachique representa la época de colonización inicial de la Región de Zumpango.”1

Tzompanco. Este vocablo se deriva de la voz del idioma náhuatl: tzompanco, “en el tzonpantli”. tzompantli: apócope de tzonpancuahuit “árbol de la veintena de gotas de agua de las primeras lluvias del CAUHAOHUALLI”(cuenta del tiempo o calendario de Anáhuac)”. “Hilera de cabelleras”, en alusión a los cráneos humanos ensartados en una percha de palos.

Los cráneos humanos, según versión tradicional náhua, atravesados en hilera en una percha de troncos de árbol, simboliza el culto de personajes de gran sabiduría que dieron su aporte científico, filosófico y cultural a la maravillosa civilización de Anáhuac (anáuac).

La maldad oscurantista europea a difundido éste concepto con sacrificios humanos para descrédito de la cultura anauaca.

Por el lado del norte de la plaza principal de la Ciudad de Zumpango comienza una loma de material tepetatoso que por su naturaleza debió estar cubierta de árboles “colorín” nombrado en náhuatl: tzompantli.

Es probable que los toltecas, sí colocaron un “tzonpantli” (percha de calaveras en la loma del barrio de Santiago, Ciudad de Zumpango de Ocampo.

PATRONES DE ASENTAMIENTO PREHISPÁNICO EN EL NOROESTE DEL VALLE DE MÉXICO REGIÓN DE ZUMPANGO. Temporada de 1973 20 de Mayo – 6 de diciembre. Concesión Arqueológica No./14/71. Jeffrey R. Parsons. Informe, febrero 1974.

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